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lunes, 28 de julio de 2014

Capítulo 13: La oscuridad.



Lena pasó prácticamente todo el día en la habitación de Vic. Habían bajado solamente a comer, Sarah había traído comida china. Lena no entendía de dónde sacaba su amiga tanto dinero, nunca había hecho a nadie pagar por nada, incluso el alcohol de las fiestas que organizaba por la noche, lo pagaba todo ella.
Ese día juntos le había servido a Lena para darse cuenta de otra de las cosas que tenía en común con Vic: la música.
A todo el mundo le gusta la música, pero no todos escuchan el mismo tipo de música. A Vic le gustaban las canciones y grupos de los 80, y Lena se había criado escuchando música de los 80 gracias a su madre. La verdad era que estaba bastante desentendida de la música actual, el grupo más reciente que había escuchado nunca era Evanescence.
Nunca antes había conocido a alguien que tuviese su mismo gusto musical, salvo su madre. Y Jorge, bueno. Jorge tenía gusto por otro tipo de música.
Eso la hizo pensar que no le había visto en todo el día, no bajó a comer, ni tampoco a cenar. Sarah había ido a verle a su habitación y había dicho que estaba durmiendo, pero por su expresión, Lena reparó en que no era eso exactamente lo que pasaba. De todas maneras, intentó no pensar mucho en el tema, se sentía tan cómoda cerca de Vic, y también en compañía de Sara y Sheila, -por extraño que le pareciese respecto a esta última- que no le costó mucho distraerse aquel día.
La familia de Sarah había llegado de Barcelona y estaban todos durmiendo. Era un día de descanso, llovía y hacía frío... Ninguna de las dos chicas preguntaron por el labio de Vic a lo largo de la tarde, aunque se notaba a la legua que tenía una herida. Lena pensó que debían de saber de sobra lo que había ocurrido la noche anterior, porque al parecer Jorge se había emborrachado y habían pasado más cosas, pero ni Lena ni Vic preguntaron nada.


Eran las once y media de la noche cuando Lena volvía al cuarto de Vic. Habían quedado después de cenar otra vez, pero Lena decidió pasar primero por su habitación para ponerse una chaqueta o algo que la abrigase un poco, hacía demasiado frío en el cuarto del chico, pero a él no parecía importarle, había estado todo el día en manga corta.
Lena aprovechó también aquel momento a solas en su habitación para llamar a su madre y aguantar el interrogatorio al que ésta la sometió.
Al colgar el teléfono y verse allí, en su poco iluminada habitación, se sintió por primera vez en mucho tiempo, extraña de encontrarse sola.

                                                                          



En la habitación de Vic se oía más la lluvia. Tenía un ventanal gigante... Lena estaba segura de que en los días despejados allí se podían ver las estrellas, era como estar en la cima del cielo. La lluvia golpeando la ventana con delicadeza, como pidiendo permiso, y Vic a su lado, leyendo su cómic.
Lena miró el reloj. No había pasado mucho tiempo desde que había llegado, iban a ser las doce de la noche en unos minutos, y, aunque no se aburría escuchando la música y la lluvia, pensaba que tal vez tenía que irse, tal vez Vic quería dormir, y no sabía cómo decírselo. 
Pero notaba a Vic raro desde hacía ya un rato, y no lo podía dejar pasar.
-¿Qué pasa? -preguntó entonces, con suma cautela.
Vic suspiró y cerró el cómic para dejarlo a un lado, y apoyó la barbilla en su puño derecho, pensativo.
-No pasa nada -respondió, con naturalidad.
Nunca pasaba nada cuando se trataba de Vic.
-Creo que anoche Jorge estaba borracho -dijo Lena de pronto.
No habían hablado de lo ocurrido el día anterior en ningún momento, y ella no sabía cómo provocar la conversación. Tal vez así, soltándolo sin más, fuese la mejor manera.
Vic se giró y la miró durante un momento, pensando que diría algo más, pero ella estaba mirando hacia algún punto fijo de la habitación y no volvió a decir nada.
-¿Quieres que no tenga en cuenta lo que pasó? -preguntó entonces Vic. 
-No es eso, es solo que...
Lena no sabía cómo decirle que no quería que se llevase una mala imagen de Jorge. Él no era así, él era sociable y bueno con todo el mundo, él no era así...
-No te preocupes, Lena -dijo él, interrumpiendo sus pensamientos- te dejo juzgarle a ti, eres quien le conoce.
Vic volvió a coger su cómic y continuó mirando sus páginas. Lena continuó oyendo llover y mirando a Vic.
-Lena... ¿puedo preguntarte algo?
Ella suspiró y asintió con la cabeza. De alguna a manera, supo que él iba a decir algo antes incluso de que abriese la boca.
-¿Estás enamorada de Jorge?
No supo qué responder a eso. Recordaba haber tenido aquella conversación anteriormente con Vic, pero tal vez la cosa ahora había cambiado por lo que había ocurrido ayer, y no supo qué decirle. 
Vic pareció, otra vez, leerle el pensamiento.
-No me enfadaré ni me molestará nada de lo que me digas -aclaró- solamente quería entender mejor el tipo de relación que tienes con él. 
Lena se hizo un ovillo en el suelo y abrazó sus propias piernas. Nunca había hablado de eso con nadie, nadie salvo Nicole... 
-He sido un poco egoísta, tienes razón -confesó Lena, con un hilo de voz- estoy todo el día contigo, estás pendiente de mi y eres bueno conmigo, y yo ni siquiera... 
-No es tu obligación, Lena -le interrumpió Vic- no me debes nada. Tú también eres buena conmigo sin pedir nada a cambio.
Lena sonrió, y se preguntó en qué momento había hecho ella algo bueno por él. 
-Jorge y yo llevábamos años sin hablar hasta ahora -susurró ella, encogiéndose de hombros- la verdad es que... la verdad es que iba a soltarte todo el rollo de cómo era todo antes y lo que me dolió que dejase de hablarme y me dejase sola, pero no vale la pena.
Vic la estaba mirando, y sus ojos parecían entender todo perfectamente aunque ni ella misma acabase de hacerlo.
-Estos últimos años, lo único que ha hecho ha sido permitir que su novia y sus amigos se metiesen conmigo -le contó Lena- Por algún motivo siempre pensé "seguramente no sepa cómo reaccionar" o "aunque sus amigos y Sheila se metan conmigo delante de él, él no lo hace porque es buena persona" y suspiraba por él. Ahora pienso que es un cretino, que si le hubiese importado lo más mínimo, al menos me habría preguntado qué tal estaba... -Lena le miró, y algo dentro de ella se conmovió profundamente al notar la atención que Vic le prestaba- Podría haberme preguntado si me dolía todo aquello o para mi también eran bromas, podría no haberme dejado sola, podría haberse acordado de mi cumpleaños... 
Lena sintió la mano de Vic sobre su hombro y se echó a llorar. Él la atrajo hacia sí y la abrazó, y, por primera vez, ella respondió agradecida a su abrazo, sin ponerse tensa como solía hacer siempre.
-No estoy enamorada, Vic -susurró- he estado obsesionada con alguien que pensaba que podría quererme en algún momento, cuando yo fuese digna de él. 
Por algún motivo, a Vic se le rompió el corazón con aquel comentario. Nunca supo si fue por el tono con que ella lo dijo, o porque sonó rematadamente ridícula y sincera. También pudo ser que aquello le recordó a sí mismo. Tal vez fueron las tres cosas a la vez.
Se oyeron las voces de Sarah y Sheila en el piso de abajo, y el sonido de la puerta de la calle al abrirse.
-Ha sido un apagón -dijo Vic, de pronto.
Lena estaba refugiada en su pecho y él le estaba acariciando la cabeza. Se despegó de golpe de aquella comodidad para contemplar la habitación, completamente a oscuras.
Vic se levantó con delicadeza de su lado, y Lena sintió ganas de agarrarle del pantalón y decirle que no se fuera, porque le daba un miedo increíble la oscuridad, pero se contuvo y se quedó sentada, inmóvil, mientras Vic apartaba las cortinas de la ventana para que se filtrase un poco la luz de la calle.
Vic se giró y la miró. Estaba al lado de la ventana, y otra vez la luz iluminaba la mitad de su rostro, como la noche anterior en la playa. Otra vez sus ojos parecían sobrenaturales.
Lena volvió a sentir aquel impulso de la noche anterior, pero apartó la vista y no dijo nada.
Vic caminó hacia la mesa que estaba en su cuarto, cogió un CD de una pila que tenía, y se lo tendió a Lena.
-Es para ti -murmuró.
Lena apenas veía, se puso en pie, alisó su ropa y se quedó ahí, mirándole. Estaban a varios pasos el uno del otro, y él no se acercó ni uno más, y Lena tampoco.
-¿No vas a venir a por él?
A Lena le latió más rápido el corazón, pero hizo como si no pasase nada, como si no tuviese miedo de dar tres patéticos pasos a oscuras, y caminó hacia Vic con una sonrisa nerviosa. Extendió la mano para coger el disco justo en el momento en el que él la apartaba.
-Pero necesito una cosa a cambio -volvió a susurrar, con una sonrisa.
Lena miraba fijamente la silueta de Vic, la luz de la calle sólo iluminaba su brazo derecho. Se oyó un trueno.
Abajo, se seguían oyendo las voces de Sheila y Sarah, y creyó oír también las de su tía, buscando un interruptor. 
-¿Qué necesitas? -preguntó Lena, con las manos metidas dentro de las mangas.
Vic sonrió, pensativo, con el CD en sus manos y sin apartar los ojos de los de Lena. Ella no pudo evitar sonreír, de nerviosismo tal vez.
-¿Por qué hoy no me das un beso? -preguntó él. Y su voz había sonado como la de un niño de cinco años que reclamaba disgustado un caramelo. Como si le estuviese pidiendo por algo valioso y secreto.
Lena había pensado que no podía existir chico más raro y adorable en todo el universo. Y tal vez fuese verdad.
-¿Por qué no me lo das tú? -respondió.
Estaba tan nerviosa que no sabía cómo le había salido la voz en ese momento. Vic soltó una carcajada, nerviosa también, y la miró incrédulo.
-¿De verdad quieres que lo haga yo?
Algo en la voz de Vic hizo que se le pusieran los pelos de punta y asintiese al instante.
Él apretó los puños, agarrando con fuerza el CD de música, y se inclinó para que ella no se tuviese que poner de puntillas. Apoyó su mano libre en la nuca de ella, para acercarla más hacia él, y notó cómo la chica le clavaba las uñas en el brazo. 
Los besos de Vic eran tan lentos e intensos que la dejaban sin respiración, y aunque fuese la segunda vez en toda su vida que le besaba, era como si algo dentro de ella estuviese acostumbrado a eso.
Cuando Vic dejó caer el CD sobre la alfombra y la atrajo hacia él con el otro brazo, Lena se preguntó cómo había podido respirar desde que le había besado la noche anterior, y de pronto supo que, a partir de ese momento, cada segundo de su vida se haría eterno sin su contacto.
Alrededor de ellos seguía la oscuridad.

1 comentario:

  1. POR FIN SE HA DADO CUENTA LENA :DDD
    Jorge es un cabrón de los que te apetece arrancarle lentamente cada uno de sus órganos vitales. Y la pobre de lena estaba tan cegada que no se dio ni cuenta... Con estas cosas me pongo enferma de odio hacia los hombres ¬¬
    Menos mal que estaba Vic para abrirle los ojos e impedir (aunque indirectamente) que su primer beso fuera arrebatado por culpa de un tonto que no la merece y que solo la quiere para darle celos a su exnovia ~.~ (y también cuando está borracho e.e)
    Quiero un besito entre Lena y Vic >.< y me lo imagino super monosito :3 Me encanta tu historia, y espero el próximo capítulo porque quiero más, muuuucho más :DD
    Un beso <3

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