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domingo, 7 de octubre de 2012

Capítulo 9: Buenas noches.

  

Todos les miraron cuando entraron por la puerta aquella madrugada del 28 de diciembre. Era comprensible, se habían pasado esos dos días yendo y viniendo, subiendo y bajando desde la habitación de Lena hasta el salón, solos ellos dos, y daba que pensar.
Cuando llegaron a la habitación, y, por primera vez, fue Lena quien invitó a Vic a que pasara dentro.
Lena se sentó en la cama y se quitó la chaqueta.
Vic estaba apoyado en la puerta de la habitación, mirando hacia la ventana, y Lena, simulando estar muy ocupada desatándose las botas, se dedicó a mirarle.
Tenía el pelo bastante largo, bastante oscuro, y era bastante guapo. Alto, ojos azules. Era bastante guapo, y fue como si se acabase de dar cuenta en ese momento. No podía evitar fijarse tanto en él y en cada detalle, nunca antes había tenido tanto contacto con un chico, era algo nuevo para ella.
Justo entonces Vic la miró. Lena sintió que se sonrojaba y agradeció la oscuridad. 
Vic se acercó a ella y se sentó a su lado, y ella acabó de quitarse sus complicadas botas y le miró, y cuando le miró se dio cuenta de lo realmente cerca que estaban.
Nunca había tenido así de cerca a nadie. 
Empezó a llover otra vez, fue de pronto, como si el cielo se hubiese desatado de golpe, y fue tan fuerte que parecía que llovía dentro de la casa, como si no hubiese techo  y éste, inexistente, estuviese tocando directamente las estrellas.
-Me encanta la lluvia -susurró Vic.
Lena apartó la mirada. 
-¿Por qué no me miras? -preguntó él, con una pequeña risa- ¿Te pongo nerviosa?
Lena sintió una mezcla entre vergüenza y molestia. 
-No -susurró- no es eso...
Sonó un trueno y ambos se sobresaltaron, y luego se rieron y se sintieron algo ridículos. Estaba amaneciendo. Lena miró por la ventana y luego miró a Vic, y volvió a sentir aquel halo de confianza que había sentido el día anterior en el centro comercial, y él, como si supiese lo que ella estaba pensando y no se atrevía a decirle, la atrajo hacia sí. 
-Tampoco hacía falta que me abrazaras -murmuró- no me da tanto miedo.
Pero Vic no la soltó. 
-¿Quieres que me vaya? -le preguntó a Lena- estarás cansada y querrás dormir, supongo.
Ella le miró durante unos segundos sin decir nada, no le estaba resultando nada incómodo aquel contacto, pero aún así se levantó y le hizo un gesto con la mano para que esperase.
Él se cruzó de brazos y esperó con una sonrisa en los labios, como si supiera lo que iba a hacer. Lena se sentó al lado de la maleta de viaje, que todavía no había vaciado del todo, y rebuscó dentro hasta que sacó un pequeño libro de bolsillo que parecía bastante antiguo.
Caminó hacia Vic y le preguntó:
-¿Me lees un cuento para dormir?
Él la observó, con una mezcla de ternura y diversión en la mirada, y en ese momento Lena se dio cuenta de que desde hacía mucho tiempo nadie la miraba así. Y eso era algo que ella necesitaba.
-Será todo un placer -susurró Vic.