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domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo 6: Confianza.


El crujido de la puerta al abrirse la despertó.
-Buenos días -sonrió Vic.
Lena se incorporó de la cama. Estaba vestida, con las botas puestas y una manta encima.
Él se aproximó a la ventana, subió las persianas y abrió las cortinas. Lena le miraba con curiosidad.
-Es el segundo día que paso contigo -comentó Vic, como si nada- ¿cómo estás?
Ella frunció el ceño ante ese comentario, pero aún así respondió:
-Bastante bien, y me sorprende...
- ¿Por qué? -la interrumpió él.- ¿Es que solías estar mal últimamente?
Lena no supo qué responder.
-Es por... Jorge, ¿no? -preguntó Vic, con tacto.
Lena se aclaró la garganta.
-¿Qué haces en mi habitación? -le preguntó.
Vic frunció el ceño, como si fuese la pregunta más disparatada que se le pudiese haber ocurrido.
-Despertarte. Eres la única que seguía en la cama, dormilona.
Lena se ruborizó y, para disimularlo, se levantó rápidamente de la cama, alisando su ropa.
-Tengo que ir al baño. -le dijo.
-Puedes pasar al baño perfectamente, está aquí al lado.
-Sí... pero tengo que vestirme, y yo me visto en mi habitación -le informó.
-Si quieres que me vaya, dímelo. -respondió Vic, riéndose.
-No, no, no quiero que te vayas, pero...
-¿Quieres que me quede mirando cómo te vistes?
Lena sintió que se sonrojaba, y entre nerviosa y molesta, entró al baño sin decirle nada más.


                                                                            
-¿Dónde está tu amigo? -le preguntó Jorge con una sonrisa a Lena, que bajaba a la cocina.
Ella inmediatamente sintió cómo la lava le recorría de arriba a abajo la columna vertebral, para luego instalarse en sus mejillas.
-Mi... amigo... ¿qué amigo?
Jorge le dedicó una mirada burlona.
-Vamos, ya lo sabes, Víctor.
La chica carraspeó.
-¿Desde cuándo vosotros dos os lleváis tan bien? -se oyó una voz a sus espaldas.
Y era la de Sheila.
Parecía molesta, pero sonreía.
Por si no lo había dejado claro: el día anterior ella y Jorge habían roto, y Jorge acudió a Lena y porque sabía que ella era la única en aquel lugar que no hablaba con Sheila. Bueno, ella y Víctor, pero Víctor no era una opción. 
-Desde siempre -respondió Jorge, sorprendiendo a Lena, a Sheila, y a él mismo.
-Pues yo nunca antes os había visto tan juntos -añadió mirándoles de arriba a abajo- Pero bueno, de todas maneras ya no eres de mi propiedad, Jorge -bromeó.
Él suspiró levemente, pero aún así sonrió, aunque resultó ser una sonrisa un poco forzada.
A Lena le pareció tan cómica y ridícula aquella situación, que bajó la mirada al suelo para que sus ojos no la delatasen. Justo en ese momento bajaba Vic.
Sheila y Jorge le miraron, y Sarah, que acababa de bajar detrás de él. Después sus miradas se dirigieron a Lena.
-¿Qué tal anoche, Lena? -preguntó Sheila.
Ella dudó ante esa pregunta.
-Muy bien, gracias -respondió Vic.
Sarah rió, y Sheila sonrió, mirando de reojo a Jorge, que estaba serio.
-¿Qué pasa? -preguntó Lena, desconcertada- ¿Me he perdido algo?
Entonces habló Jorge.
-Creo que sabes perfectamente con quién pasas o no pasas la noche. -comentó, mirando a Vic.
Lena abrió la boca, dispuesta a decir algo, pero en seguida su expresión se tornó en una mueca de duda.
-No sé de qué... -empezó- anoche solamente me quedé dormida mientras hablábamos.
Todos la miraban, cada uno con una expresión más divertida que el otro. Bueno, menos Jorge.
-Nadie ha dicho que haya pasado nada, Lena. -respondió Sheila, con algo de burla en su voz, pero con una sonrisa. 
Siempre con una sonrisa que confundía.
                                                                             



Lena accedió a pasar la tarde con Vic, otra vez. En primer lugar porque no tenía nada que hacer: todos tenían planes y la habían dejado sola, incluyendo a Sarah, y, en segundo lugar, porque aunque no hubiese podido reconocerlo en ese momento, Vic le llamaba un poco la atención.

Una vez fuera, Lena se dio cuenta de que el cielo estaba completamente nublado y tenía mucha pinta de que iba a llover a mares.
Vic, al contrario, parecía no darse cuenta de aquello.
-Eh -le llamó ella- nos vamos a empapar si salimos ahora.
-¿Y qué? -exclamó él mientras salía de la casa por el caminito de piedras- será sólo lluvia, no te va a desintegrar.
Por algún motivo Lena comparó aquella explicación con el amor. "Será sólo amor, no te va a desintegrar".
Vic la cogió con delicadeza del brazo, y echó a andar a su lado. Por alguna razón, a Lena la reconfortó aquel gesto, había sido como si le hubiese leído los pensamientos y hubiese querido salvarla de ellos.
-¿A dónde te crees que me llevas? -preguntó ella en tono de broma. Siempre hacía preguntas serias o importantes en ese tono para restarles importancia. 
-No me digas que has venido a Barcelona para quedarte encerrada en este pueblo -sonrió él. 



Lena nunca antes había pisado un centro comercial que no fuese el de su pueblo, que era un supermercado con una tienda de neumáticos.
Vic intentaba no reírse cada vez que miraba a Lena y la veía con los ojos tan abiertos. Todo aquello era precioso, enorme y navideño.
Pasaron a una tienda de ropa, la primera que pillaron, y Vic decidió que debía comprarse ropa para poder devolver a Jorge la suya. Todo lo que eligió en aquella tienda le quedaba perfectamente, por lo que no tardaron más de media hora.
Lena le había preguntado a Vic por qué había hecho aquel viaje sin hacer la maleta antes, y él había respondido que fue de imprevisto. La chica le estuvo observando toda la tarde, y le sorprendió la manera que tenía Vic de hablar con la gente, se mostraba muy seguro y simpático para todo, o por lo menos eso era lo que ella notaba.
Y cuando ella le dijo que era un poco raro, que le extrañaba que alguien fuese tan simpático con todo el mundo sin tener por qué serlo, Vic le respondió que ella era más rara aún por haber accedido a salir con él, conociéndole de dos días. Tenía razón, pensó ella.
Pararon en una cafetería, ya era casi mediodía. Lena se había visto casi inmediatamente envuelta en un halo de confianza, y no había avanzado mucho la conversación cuando admitió que estaba enamorada de Jorge. También le contó a Vic que Jorge y Sheila habían roto, que lo más probable era que se formase una cola interminable de chicas detrás de él, y que seguramente él se fijaría en todas menos en ella.
-Pues qué quieres que te diga -la interrumpió Vic- yo creo que Jorge está interesado en ti. Aunque sea un poco.
Lena miró fijamente su taza de chocolate y negó con la cabeza.
-Te lo digo en serio, lo he notado... pero, -añadió, sin embargo- eso no quiere decir que sea bueno para ti.
-¿A qué te refieres?
-A que no te conviene.
Lena puso los ojos en blanco.
-Tú no le conoces -zanjó.
-Tú misma acabas de decir que se fijaría en cualquiera antes que en ti...
La chica se bebió su taza de chocolate de un tirón, quemándose la lengua un poco.
-Eso dice mucho de mi, no de él. 
Vic se echó hacia atrás en la silla y la miró de una manera extraña, dando vueltas a la cucharilla con sus dedos, y a Lena le pareció tan atractiva aquella imagen que, por primera vez en esa tarde vio a Vic como a un chico y no como al primo de Sarah.
Sinceramente, antes lo que pensaba era: "Vic me está tratando bien porque ha visto que su prima me está dejando sola", pero en ningún momento había barajado la posibilidad de que él pudiese tener algún tipo de interés en ella.
-Te has puesto roja -dijo Vic de pronto. 
Lena tosió, siempre tosía cuando se ponía nerviosa.
-Estaba pensando en si estás conmigo porque te doy pena o porque eres un asesino en serie.
Fue después de soltar aquello cuando Lena se dio cuenta de lo que había dicho. Vic se reía de manera estruendosa, y ella observaba cómo las señoras que tomaban el café se giraban para mirarles.
-¿Siempre que te pones nerviosa sueltas cosas así? -preguntó Vic.
Lena se rió también y se sonrojó más aún, pero él no le dijo nada.

1 comentario:

  1. Lenaaa yo a ti te mato!llevo cn la intriga buff.. y me lo corta en lo mejor joo... bueno espero el procimo eeh besitos wapoaa (L)

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